sábado, febrero 24

Me against the music, part I (Ídolos chupando gladiolo, muñecos y en pijamita de madera)

La niña Lo me ha comisionado para prodigarme en tote, insensatez y furrusca sin sentido contra algunos de los músicos y grupos que me han dado años y años de alegría:

"Reglas: Pon tus bandas favoritas y debajo el peor disco, seguido de una breve explicación. Rueda la invitación a algún amigo después"

He aquí el resultado de tan noble experimento:

Queen Flash
Aunque estoy de acuerdo en que Made in Heaven no parece hecho por Queen, lo defiendo porque son las últimas grabaciones de Freddie, un canto de cisne aún más fuerte que el Innuendo en carga emocional (aunque ninguna canción de Queen puede hacerme chillar como These are the days of our lives), y además tiene lazos emocionales fuertes con mi infancia (lo escuchaba con Rafa cuando éramos niños). En cambio, Flash es un disco que realmente no es de Queen. Es una banda sonora que no entra en el canon (a tal punto que Freddie no cantaba mucho las canciones del susodicho álbum en los conciertos), así como no entra el Drawing Restraint 9 de Björk en el canon bjorkiano (pero de eso hablaremos más tarde).

Yes Todo lo posterior al Drama
A mi me gustan los grupos sólidos en su formación. Y, aun cuando Yes es pródigo en cambiar de alineaciones (el único sobreviviente de todas las eras de Yes es Chris Squire), durante los setentas había un núcleo claro. Jon Anderson, Steve Howe, Rick Wakeman, Chris Squire, Bill Bruford. Sale Bruford y entra Alan White, no hay mayor problema (a tal punto que White se convierte en parte fundamental del núcleo). Sale Wakeman, entra Patrick Moraz y vuelve Wakeman, todo bien. Sale de nuevo Wakeman, pero también sale Jon Anderson... poseemos problemas graves pero ninguno que no pueda solucionar la guitarra fantástica de Steve Howe. Sale Howe y Squire decide darle un hiato a Yes. Squire y White intentan crear un grupo con Jimmy Page, y en esas Squire conoce a Trevor Rabin y a Geoff Downes (Buggles). Entre los tres componen unas canciones, Squire llama de nuevo a White, aparece Anderson tras su no muy válida experiencia junto a Vangelis (duh?), Tony Kaye (el tecladista de Yes anterior a Rick Wakeman, que no es nada comparado con Wakeman; no confundir con el director del mismo nombre célebre por sus videos -Dani California y God's gonna cut you down- y por American History X) vuelve a Yes y sale el 90125. "A ridiculously successful comeback album", cierto. Owner of a lonely heart, un hit total. Pero, si bien debo admitir que Owner of a lonely heart me gusta, y mucho, ciertamente no es nada en comparación a cualquier canción del Fragile, del Yes Album o de Close to the Edge. Más adelante las cosas se ponen peor. En el siguiente disco sacan una cochinada llamada Rhythm of love. Anderson se vuelve a abrir y, como los derechos del nombre Yes pertenecen a Squire, arma una banda con Bruford, Wakeman y Howe (ABWH). Un buen día de 1991 los de Yes que quedan (Squire, White, Rabin y Kaye) se unen a ABWH y sacan el exitoso Union. El problema radica en armar una superbanda con miembros de una sola banda. Poco a poco se van yendo todos, excepto Howe, Anderson, White y Squire (el problema del teclado se solucionó con Kaye hasta que se salió motivo artritis, luego llegó el ruso Igor Khoroshev quien no lo hacía nada mal). Sacan en el 97 el magnífico concierto de San Luis Obispo, Wakeman vuelve. Pero algo se perdió en el camino. Los discos posteriores son malos con ganas. Pero en concierto son excelentes.

Jethro Tull A
Como dije anteriormente, a mi me gustan los grupos sólidos. Si es un grupo, uno está consciente de que, aun cuando haya una figura que tenga la atención mediática (Freddie Mercury, Mick Jagger), hay un grupo detrás y sin ese grupo la figura mediática no es nada (recuerden los pésimos experimentos en solitario de Freddie Mercury y Mick Jagger). El problema es que a Ian Anderson se lo hicieron olvidar a la fuerza por un error de la disquera. Un poco de historia previa: Hasta 1980 Jethro Tull tuvo cuatro formaciones, pero en todas permanecía por lo menos un miembro de la formación anterior (distinto a Ian Anderson y desde 1969 Martin Barre), hasta llegar a dos formaciones relativamente estables, la que va desde 1972 a 1975 (Anderson, Barre, Jeffrey Hammond-Hammond, Barriemore Barlow y John Evan) y la que va desde 1976 hasta 1979 (la misma pero con John Glascock en el bajo). Glascock sufre de un problema cardiaco congénito que lo obliga a apartarse de la gira de 1979 para morir ese mismo año. El antiguo bajista de Fairport Convention, Dave Pegg, es llamado para reemplazarlo. Tras la muerte de Glascock, el grupo decide tomarse un descanso, que Anderson aprovecha para grabar su primer álbum en solitario. Llama a Pegg para el bajo, al norteamericano Mark Craney en la batería y a Eddie Jobson (Roxy Music) para los teclados. El problema llegó cuando Anderson llamó a Barre. Cuando Anderson lo presentó a la disquera, fue publicitado como un álbum nuevo de Jethro Tull, lo que enfureció con justa razón a Barlow y Evan, quienes se distanciaron de futuros proyectos (Evan dejó la música y se convirtió en un exitoso contratista para remodelar aeropuertos como Heathrow, mientras Barlow se convirtió en sesionista). El disco se llama A porque es de Anderson, y el mismo Ian admite que es el disco menos Jethro de Jethro. Con ese cambio radical, no se podía esperar de proyectos posteriores. Pero Jethro volvió a su cauce, con discos tan maravillosos como Crest of a Knave y Roots to Branches, discos mediocres como Under Wraps, y pasables como Rock Island, The Broadsword and The Beast y dot com. No me canciona porque no es Jethro, es Ian. Y los proyectos de vocalistas en solitario, salvo en casos como el de Sting, nunca funcionan.

U2 How to dismantle an atomic bomb
U2 casi nunca falla. Pero parece que a Bono se le subió la fama de pacifista a la cabeza. Pareciese que el irlandés prefiriera el Nobel de la Paz a un disco bueno. Y con toda la connotación que adquirieron las canciones del All that you can't leave behind en Estados Unidos después del 11 de septiembre, ayudó a subirle el ego al buen Paul Hewson. Por eso el disco suena como suena, como muchos himnos de concierto (válidos para berrear vilmente, como Vertigo o City of blinding lights) mezclada con un tufillo desagradable de salvadores del mundo y cierto aire medio cristiano por ahí que no pega para nada. Además, ¿se puede pensar bien de un disco de rock que sea calificado por la revista Plugged In (la RollingStone evangélica radical, dirigida por el adorable Dr. James Dobson) como un disco totalmente cristiano sin ningún tipo de elemento nocivo? Y para acabar ese annus horribilis de Clayton, Mullen, The Edge y Bono, se tiran uno de sus clásicos (One) cantándolo con Mary J. Blige. Debieron dejarla hacer el cover solita, porque al hacer el "dúo" borraron de las radios una de las canciones más hermosas de su repertorio.

Björk Drawing restraint 9
Aun cuando esté en el boxset, este disco tiene tanto de Björk como el Flash tiene de Queen, es decir nada. Es un ladrillo total, el único disco de Björk que aburre hasta el soponcio, a tal punto que muchos fanáticos de Björk lo olvidan y no tiene ningún video (lo que, hablando de Björk, significa mucho).

Sidestepper Logozo
Como tal, el disco es un excelente single para Logozo (una de las mejores canciones de Richard Blair, Iván Benavides y compañía). Pero sus "lados B" apestan. No tienen nada de lo que hace a Sidestepper único y sabroso, y ninguna canción (salvo Logozo) se puede comparar con joyas del calibre de Aunque me duela la vida, Dame tu querer, Hoy tenemos, Campo, Tremendo vacilón o cualquiera del Continental.

Sting Sacred love
Sting es la contradicción a la teoría de "ningún-cantante-de-banda-exitosa-tendrá-éxito-y-será-bueno-cuando-se-abra-del-parche". Su carrera fuera de The Police es magnífica, pero su último disco de composiciones originales es el disco más W Radio y La FM que pudo hacer. ¿Cómo es posible que, después del Brand new day (que no fue exitoso pero es brutal) y de esa lección de concierto que fue ...All this time, saque dos sencillos tan inmundos como Send your love y Whenever I say your name? A pesar de dos valídisimos colaboradores (Vicente Amigo y Anoushka Shankar), el disco es perfectamente prescindible, un disco que no tendrá más de una canción en conciertos futuros, mientras que los clásicos seguirán sonando.

The Moody Blues Todo lo posterior a Seventh Sojourn
Hasta 1972, los Moodies eran brutales. Los cinco componían (si contamos los poemas musicalizados de Graeme Edge), creaban canciones brutales, hacían lo que mejor sabían hacer. Pero en 1972 todos se mamaron de todos y cada uno cogió por su lado. Los años de separación trajeron consecuencias (como el pésimo disco de Justin Hayward y John Lodge con 10cc) que se vieron en el disco de regreso (Octave, 1978). Mike Pinder (uno de inventores del Mellotron) se abrió y llamaron a Patrick Moraz (quien había tenido un no muy afortunado paso por Yes). Los discos posteriores hunden a los Moodies en el inframundo de los músicos viejos: Las Vegas. Moraz se va en 1990 y deja de regalo una demanda, los cuatro restantes (Hayward, Lodge, Edge y Ray Thomas, para mi el más talentoso) sacan el concierto de Red Rocks en 1992 con la sinfónica de Colorado. Ese concierto fue magnífico, pero la carrera de los Moodies estaba acabada. Ahora ni suenan ni truenan, y Thomas se retiró de la música después de la célebre aparición de los Moody Blues en el capítulo de Los Simpsons donde Homero y Flanders van a... Las Vegas.

No Doubt Rock Steady
Tragic Kingdom y Return of Saturn son dos discos demasiado buenos. Pero en el Rock Steady ya la decadencia aflora. Las temidas "colaboraciones" aparecen. El toque de hip hop que hacía a No Doubt sabroso se convirtió en una presencia un poco molesta para los que estábamos acostumbrados a canciones que, sin perder energía, fueran bonitas (Don't speak, Simple kind of life). Ya Gwen Stefani pensaba más, creo, en un disco de solista gracias a las colaboraciones de ella en exitosas canciones de otros (Let me blow ya mind con Eve, Southside con Moby). Y, como temíamos, el Love.Angel.Music.Baby resultó decepcionante comparado con los dos primeros de No Doubt. Mi teoría sigue siendo cierta, porque en ese disco a Gwen le faltaron tres cosas para convertirlo en un disco decente: La guitarra de Tom Dumont, el bajo de Tony Kanal y la batería de Adrian Young.

Morcheeba The Antidote
No lo he escuchado completo. Desconozco el 80% de las canciones. ¿Entonces por qué está acá? Por una simple razón. No está Skye Edwards. Los hermanos Godfrey son buenos, no puedo dejar de admitirlo. Pero sin la voz de Skye Morcheeba no es Morcheeba, y punto.

Café Tacvba Cuatro caminos
Eres, y ya.

Excluyo a Kenna porque sólo tiene un disco (y si el segundo pinta como las tres canciones que he escuchado, entra en la categoría de "no tiene presa mala"), a Placebo por el concierto y porque no los conozco tan bien, a The White Stripes, Stereophonics, Radiohead y Beck porque me falta conocerlos aún más, a Kanye West, Dave Matthews Band y Orishas porque no tienen presa mala, a Sigur Rós porque a pesar de lo que dice Blackmountain en su meme siguen siendo brutales en cada disco, y a Pink Floyd porque ajá.

El meme va para el joven KoshKat (admito que me encantaría ver sus críticas para discos de Duran Duran y The Cure), para la señorita Bartsch (quien puede hacerlo y transcribirlo en su idioma), a la perversita pero divertida y válida Miss Choson (¡ya la quiero ver rajando!), al buen Villegas (pura rajadera jazzística), al camarada Johnnie Deere (¡trove!) y a Ricardo Silva (de quien me interesa sobremanera ver sus respuestas).

Listener supported: Mr. P Mosh (Plastilina Mosh), Ordinary world (Duran Duran), Binafsha (remix) (Yulduz Usmanova), Mi gente (Héctor Lavoe), Mr. Robinson (Simon & Garfunkel), Roundabout (Yes), LDN (Lily Allen nota personal: señora canción), It's my life (Talk Talk, versión de No Doubt), Gallows pole (Jimmy Page & Robert Plant), We both go down together (The Decemberists), Dis-moi pourquoi (Amina), King of sorrow (Sade), Plastic California (Stereophonics), Ch-Check it out (Beastie Boys), Motel (Telefunka), Toy soldiers (Martika), Ride my see-saw (The Moody Blues), Legend of a mind (The Moody Blues)